Naturaleza y artificio’ es la nueva propuesta de la galería Bibli, que reúne la obra de cinco autores que dialogan y reflexionan sobre la acción del hombre sobre el espacio natural.

Patricia Ginovés
Naturaleza y artificio son dos realidades estrechamente vinculadas. Esa premisa queda confirmada en Naturaleza y artificio, la nueva exposición de la galería Bibli, en Santa Cruz de Tenerife, que desde el 8 de abril y hasta el próximo 17 de junio reúne obras de Eberhard Bosslet, Fernando Martín Godoy, Carlos Matallana, Pérez y Requena y Carlos Schwartz, quienes desde sus propias formas de trabajo muestran su visión de la naturaleza, que «adquiere forma plástica en calidad de apariencia y no de reflejo fiel de la realidad».

«En el mundo en el que la mayoría vivimos ya no hay sitio para la naturaleza. El campo se ha convertido en un recuerdo, el paisaje es aquello que vemos por las ventanillas del coche, o del avión cuando viajamos, cerrados herméticamente a un exterior que deseamos y del que, sin embargo, nos alejamos cada día más. La relación con la naturaleza se ha convertido en algo privado». Así lo indican los organizadores de esta exposición, que han buscado piezas de cinco autores que «hablan de la naturaleza de una forma bastante sutil», asegura el gerente de la galería santacrucera Bibli, Fernando Pérez.

«En Canarias no contamos con la gran historia de Europa por lo que la historia del arte en las Islas ha estado centrada en el paisaje y el territorio», resume Pérez, quien destaca no obstante que «es curioso que algunos elementos canarios no se hayan explotado más en el arte, como es el caso del mar de nubes, porque lo ha trabajado muy poca gente». A pesar de todo, el paisaje está implícito en todas las latitudes artísticas del planeta y por eso ahora Bibli trata de analizar la interesante cuestión del «paisaje interrumpido».

A pesar de que se trata de cinco artistas con su propio sello, la forma en la que han abordado el tema de la naturaleza supone un punto de común que provoca que se pierda la autoría de cada una de las obras. «Vemos una pieza de Matallana que podría ser una pieza de Bosslet o una de Martín Godoy que parece de Pérez y Requena», asegura Fernando Pérez quien añade que «son piezas que se pisan y solapan hasta desdibujar la autoría de cada una de ellas y precisamente eso nos parecía lo más interesante». Así, cada una de las propuestas afronta el tema de la naturaleza desde un punto de vista político u onírico, dependiendo del autor pero siempre «con un mensaje contundente». El gerente de la galería explica que curiosamente la autoría de algunas de las piezas ha provocado confusión entre los propios artistas participantes, quienes han pensado que el resto de las obras eran de otro autor.

Eberhard Bosslet (Espira, 1953) aporta las piezas más antiguas de esta exposición, Concomitancia, realizada durante la década de 1980. A pesar de ser alemán, el artista tiene una fuerte vinculación con Canarias desde hace varias décadas y en las Islas pasa largas temporadas cada año, sobre todo en los meses de invierno. De esas estancias surgen imágenes como las que se pueden ver estos días en la galería Bibli. Bosslet recorre con su cámara fotográfica las zonas del sur de Tenerife y dentro de las imágenes construye líneas, franjas de color negro, que le sirven para reconstruir la geometría de las cosas. «Casi todas las piezas que ha producido en los últimos años están hechas en Canarias y de ellas no queda nada puesto que son obras efímeras, con un componente meramente ambiental», explica Fernando Pérez.

Frente a esta serie se encuentra Contingencia, de Carlos Matallana (Gran Canaria, 1956), una «pieza preciosa», del año 1998. Esta propuesta pertenece a su serie Colorario, una propuesta puramente analítica que estuvo realizando durante casi una década: «La pintura artística queda aparcada y la mano del artista casi ni se nota; son piezas pintadas a rodillo, con total asepsia y que nada tienen que ver con lo que hace Matallana ahora, que son paisajes mucho más melancólicos». En la muestra Naturaleza y artificio, esta pieza «hace un juego interesante con la propuesta que está situada enfrente, la de Bosslet, y otra muy próxima, la de Pérez y Requena».

Precisamente Desdibujar el territorio es la propuesta de Pérez y Requena (Tenerife, 1975), la primera de las piezas de su serie Territorios baldíos. «El nombre de la pieza define a la perfección lo que ellos quieren hacer, que no es otra cosa que hablar del territorio», afirma Pérez. Se trata de una pieza realizada en grafito en polvo con la que construyen un islote en el que insertan un elemento dentro, «casi como si fuera metralla». «No deja de ser un paisaje, un territorio, un elemento natural, junto a un artificio».

Fernando Martín Godoy (Zaragoza, 1975) es el único autor que participa con dos piezas, Construction Time Again: Cliff Block y Construction Time Again: Mountain, en las que muestra su habitual forma de trabajar, a través de collages realizados con páginas de libros antiguos donde aparecen paisajes a los que inserta elementos geométricos con otro tipo de papeles. Vertical, de Carlos Schwartz (Tenerife, 1966) es, quizás, la obra más reconocible de esta propuesta y también la más nueva y realizada ex profeso para la muestra. Realizada con ramas de un peral, «remite a piezas anteriores del autor porque una vez más extrae elementos de la naturaleza o de la vida cotidiana y le inserta elementos técnicos y actuales, como es el caso de los tubos de neón», explica Pérez quien indica que esta es «la pieza que desengrasa» la muestra puesto que mientras todas las obras tienen un «aspecto monumental», esta cuenta «con una escala mucho más humana». Así, todas estas obras muestran esa «actitud personal» que guarda la relación de cada uno con la naturaleza, «una forma de expresarse intimista y diversa», con «matices cercanos al lirismo, al romanticismo e incluso al silencio», tal y como se desprende de Naturaleza y artificio